Suelos

La preparación de suelos con enfoque  sostenible aplicando principios de agricultura de  precisión

Por: Marco Fidel Romero Zárate
Ingeniero Agrónomo, Experto en Edafología y Agricultura de Precisión

La preparación de suelos es una de las prácticas agrícolas más importantes en el desarrollo de cualquier proyecto agrícola, estas labores varían significativamente desde las épocas ancestrales más remotas hasta la implementación de tecnologías muy avanzadas en la actualidad y en el futuro próximo. (Ver figura 1).


Figura 1. Diferentes tecnologías para preparación de suelos, desde las más artesanales hasta las muy tecnificadas con principios de agricultura de precisión. (Fotos tomadas de galerías de fotos en páginas web). 

En los orígenes de la agricultura, las prácticas desarrolladas eran muy simples, con labranzas mínimas artesanales, de esa manera se protegía  el suelo contra la degradación progresiva. Estas prácticas todavía es desarrollada en el mundo por muchos grupos poblacionales indígenas y grupos de campesinos de países de escaso desarrollo especialmente en países de Africa, Asia y América Latina.

Debido al vertiginoso crecimiento de la población mundial, simultáneamente se ha requerido incrementar la producción de alimentos, para ello, se ha desarrollado mucha maquinaria altamente especializada para cubrir preparaciones de suelos generalmente en las áreas más planas con alto potencial para proyectos agrícolas y pecuarios. El uso indiscriminado de estos implementos agrícolas ha causado progresivamente degradación de los suelos, provocando el deterioro de algunas propiedades como la destrucción de la estructura del suelo, incremento de la compactación, limitantes de drenaje superficial, incremento de la erosión, disminución de la fertilidad, alteraciones muy severas para el desarrollo normal de la biota del suelo, incrementos de los costos de preparación entre muchos otros.

Para minimizar los impactos negativos explicados previamente, en primer lugar se debe tener en primer lugar una conciencia ambiental que permita analizar de manera integral la forma más racional para el manejo de un proyecto agropecuario, seguidamente, se deben aprovechar los avances en el conocimiento científico y los aspectos tecnológicos para que las prácticas agrícolas se desarrollen de acuerdo a los tipos y propiedades de los suelos, clases de cultivos para cada zona o región, para cumplir estos objetivos, se debe disponer de estudios detallados de suelos que indiquen en cuáles áreas o sectores de los lotes se deben implementar prácticas de preparación intensiva de suelos, en cuáles moderadas, en otras mínimas y en algunas de ellas no se requiere ningún tipo de  preparación, es decir “0 labranza”.

Para tener éxito de los anteriores conceptos, se debe analizar previamente los estudios de suelos disponibles, si es el caso complementarlos, posteriormente definir unidades de manejo de tipo práctico que realmente permitan el movimiento de los equipos agrícolas y facilidad de maniobrabilidad de ellos en los campos. Se entiende que estas decisiones las debe tomar un equipo técnico multi-disciplinario en las grandes y  medianas explotaciones rurales: mientras que los pequeños productores deben tener al menos programas de extensión rural que los apoyen en estas necesidades.

Una vez definidos los planes de preparación también se deben seleccionar los implementos más apropiados para la preparación, la intensidad, profundidad y frecuencia de estas prácticas en el suelo, procurando causar el menor impacto negativo sobre las propiedades del mismo para mantener la sostenibilidad agrícola.

Para las zonas de pendientes pronunciadas, lo más recomendable es no desarrollar prácticas intensivas de preparación, solamente aquellas de tipo manual y artesanal en los sectores donde se requiera y al contrario se deben incorporar abundante cantidad de materia orgánica, cobertura del suelo y desarrollar prácticas de conservación.

De igual manera, todos estos enfoques se deben tener en cuenta para establecer programas en las áreas destinadas netamente a la recuperación y conservación ambiental

Afortunadamente en los tiempos actuales, existe una alta disponibilidad de información científica, técnica y tradicional, las cuales, permiten realizar mejores interpretaciones, grandes éxitos económicos y desarrollo sostenible, pero el imperativo es aplicarlas en la realidad con mayor conciencia.


Bibliográfia

Amézquita, E. Hacia la Sostenbilidad de los Suelos en los Llanos Orientalesde Colombia. Centro Internacional de Agricultura  Tropical, (CIAT). Cali, Colombia. pp. 2-18.

FAO, Food Agriculture Organization. Conservación de los Recursos Naturales para una Agricultura Sostenible. Fertilidad del Suelo. Roma, Italia. pp. 2-14.

Silva, C. P. Laboreo y Conservación de Suelos. Universidad de Chile. Santiago de Chile. pp. 1-31.


LA MATERIA ORGÁNICA Y SU IMPORTANCIA EN LAS PROPIEDADES DE LOS SUELOS

Por: Marco Fidel Romero Zárate
Ingeniero Agrónomo, Experto en Edafología y Agricultura de Precisión

Con la constante transformación y evolución de la sociedad actual, el éxodo de la población rural a los grandes asentamientos urbanos, crecimiento acelerado de la población mundial, con la necesidad de producir cada vez más alimentos ha sido necesario ampliar la frontera agrícola a límites extremos llegando a degradar severamente los recursos naturales, entre ellos los bosques, el suelo, el agua, la fauna, entre otros.
                                                                                                      
La situación actual del recurso suelo es cada día más preocupante, debido a los problemas de degradación por contaminación química, por remoción en masa, por erosión severa, por pérdida de su capacidad productiva, la cual ha tenido como una de las causas principales la reducción progresiva de los niveles de materia orgánica, partiendo desde su estado natural hasta los grandes y tecnificados procesos agropecuarios, agroindustriales del mundo actual.

La materia orgánica es el componente biótico básico y fundamental para la transformación y adición de nuevos materiales que mejoran las propiedades de los suelos para su protección y aporte de nutrientes a las plantas.

Generalmente la materia orgánica está constituida por los residuos de origen orgánico, ya sean vegetales o animales que son incorporados de forma natural o artificial al recurso suelo. Dentro de las principales fuentes de materia orgánica se pueden mencionar los siguientes: residuos de cosechas, residuos de la actividad ganadera (orines, estiércoles, plumas, huesos) restos de podas de árboles arbustos y malezas, aserrín, hojas, ramas y cenizas, pulpa de café, bagazo de caña de azúcar, residuos de actividades industriales y agroindustriales, residuos de la actividad urbana (Basura doméstica, aguas residuales y materiales fecales, abonos orgánicos preparados, (compost, estiércol, bocaschi, humus de lombrices, mulch, abonos verdes entre  muchos otros.

Con la descomposición de los residuos y almacenamiento del carbono dentro de la biomasa de estos materiales se originan nuevas estructuras de este elemento, los micro y macro-organismos cumplen funciones muy importantes en el reciclaje de nutrientes favoreciendo su disponibilidad y absorción por parte de las plantas y e caso de los cultivos mejorar sus rendimientos y a su vez la productividad.
Los contenidos de materia orgánica de los suelos varían significativamente dependiendo de las fuentes disponibles, las condiciones climáticas y su manejo. Por ejemplo en climas cálidos tropicales la velocidad de mineralización de la materia orgánica es muy alta, mientras que en climas fríos es muy lenta y velocidades intermedias en climas templados tropicales.

Dentro de los procesos más importantes de la transformación de la materia orgánica se pueden mencionar la humificación y la mineralización; la primera tiene que ver con todos los procesos físicos, químicos y biológicos que transforman la materia orgánica en humus. El humus es el estado más avanzado de la descomposición de la materia orgánica, se considera un compuesto coloidal de naturaleza igneo-protéico, éste compuesto es el responsable de mantener y mejorar las propiedades físico-químicas del suelo.

La mineralización consiste en la transformación del humus en compuestos solubles asimilables para las plantas, generalmente es un proceso lento y se requieren condiciones favorables y organismos altamente especializados.

Las funciones más importantes de la materia orgánica son las siguientes: aporte de nutrientes, tales como el N, P, K, CO, Fe, Mg entre otros, es la responsable de la actividad biológica del suelo, mejoramientos de la estructura y a su vez del movimiento del agua y del aire, favorece el desarrollo de las raíces, incremente de la capacidad de retención de humedad, capacidad de intercambio catiónico, incremento de la temperatura del suelo, responsable de la fertilidad potencial, estabilidad del pH, reducción de la compactación y de la erosión del suelo.

En resumen, la materia orgánica es un indicador de la salud y del potencial productivo de los suelos, por lo tanto, para mantener buenas producciones en los cultivos desarrollados en suelos con bajos niveles de este componente, es estrictamente necesario la aplicación e incorporación de grandes cantidades de materia orgánica de manera constante y sostenible.

Bibliografía

CATIE/GTZ/UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. Taller de Abonos Orgánicos. 3 y 4 de Marzo, 2003. Sabanilla, Costa Rica. pp. 4-27.

FAO. Conservación de los Recursos Naturales para una Agricultura Sostenible. Materia Orgánica y Actividad Biológica. pp. 2-26.

Brechelt, A. FUNDACIÓN AGRICULTURA Y MEDIO AMBIENTE (FAMA). Importancia de la Materia Orgánica. Santo Domingo, República Dominicana. pp. 2-10.


Prácticas de conservación de suelos

Por: Marco Fidel Romero Zárate
Ingeniero Agrónomo, Experto en Edafología y Agricultura de Precisión

Una de las principales causas de la degradación de suelos está asociada a la deficiente planificación del territorio, en muchos casos por escasos estudios y en otros por inoperancia de los gobernantes, quienes aun teniendo estudios serios con estos fines, le dan más prioridad a sus propios intereses económicos y politiqueros. Además, el suelo es de trascendental importancia para la preservación de la especie humana y los demás seres vivos, por esta razón, los expertos en suelos y principales organizaciones del mundo han definido el 2015 el “año internacional de los suelos”.

Bajo este panorama, idealmente se debiera hacer uso efectivo, serio y profesional de los planes de ordenamiento territorial (POTs), de tal manera que el territorio se adapte de acuerdo a su potencialidad relativa a sus atributos ambientales, de suelos, aguas, geología, geomorfología, aspectos culturales, sociales, económicos, localización geográfica entre otros.

Posteriormente, tan pronto se disponga de los mapas temáticos de distribución espacial del territorio, los cuales permiten conocer en detalle los tipos de explotaciones agrícolas, pecuarias, urbanas, industriales, agroindustriales, infraestructura, minería y las áreas de conservación, en ese momento se debe disponer de diagnósticos reales de la situación actual para que progresivamente se pueda ajustar a los determinado y definido en los planes de ordenamiento territorial.

Para el caso de las áreas definidas con fines agrícolas, éstas a su vez deben tener estudios de suelos orientados a los usos más adecuados de acuerdo al potencial agrícola y el grado de adaptación de las especies a cultivar. Tan pronto se establezcan las explotaciones con mayor potencial, en ese momento se deberían incorporar las prácticas agrícolas más adecuadas para cada cultivo de tal manera que permitan el uso y manejo más adecuado de los suelos y los demás recursos naturales.

A continuación se mencionan de manera general las principales prácticas agrícolas que permiten conservar el suelo, su entorno y que sirven de apoyo al desarrollo de una agricultura con sostenibilidad ambiental y económica:

a) Prácticas de agro-conservación
Dentro de este grupo de prácticas más comunes se distinguen los cultivos en líneas en contorno (o en curvas de nivel), altas densidades de siembra, cultivos múltiples o asociados), cobertura de materiales orgánicos en diferentes grados de descomposición, plantas de cobertura, labranza mínima del suelo, barreras vivas y cortinas rompe-vientos.

b) Prácticas de manejo del suelo
Las prácticas orientadas al manejo técnico y conservacionista del suelos se destacan la labranza profunda (roturación profunda en tipos de suelos que lo requieran después de disponer de estudios serios), labranzas reducidas o superficiales, construcción de acequias de ladera para cortar y dividir los flujos de escorrentía, uso de abonos orgánicos, abonos verdes, incorporación de barcbechos, uso técnico de fertilizantes y enmiendas minerales, rotación  de suelos y conservación de la humedad del suelo.

c) Integración de medidas de conservación con sistemas de cultivo
En este grupo de prácticas se pueden mencionar los cultivos anuales en ladera, sistemas agroforestales, manejo de pastos en pendientes pronunciadas, evitar los cultivos limpios, prohibición de las quemas y la tala de bosques.

Algo muy importante que se debe tener en cuenta es el seguimiento a las prácticas de conservación, las cuales deben ser apoyadas por los equipos técnicos de extensión agrícola, mantenimiento a las obras orientadas a la conservación de suelos como las acequias de ladera y finalmente evaluación de toda la información recopilada en el proceso y ajustes ó cambios de algunas prácticas que no sean funcionales en el proceso.

Bibliografía
Cubero F., Diógenes. MAG: Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica–FAO: FOOD AGRICULTURAL ORGANIZATION-UNED: Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Manual de Manejo y Conservación de Suelos y Aguas. Segunda Edición, EUNED. San José, Costa Rica, 1996. pp. 59-134.
J. Porta et al. Edafología para la Agricultura y el Medio Ambiente. Ediciones Mundi-prensa. Madrid, España, 2003. pp. 669-719..



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